domingo, 12 de octubre de 2008

Flavio Ramón: LA RELACIÓN DE AYUDA.

**Reporte de lectura del libro La relación de ayuda de Bruno Giordiani.**

Bruno Giordiani plantea en su libro La relación de ayuda una interesante hipótesis sicológica humanista-existencial; en ella propone el crecimiento personal y la maduración de cada individuo -y de los grupos- a través de una mejora profunda de las relaciones interpersonales. La teoría está basada en la participación afectiva (empatía), en el abandono de roles estereotipados y la responsabilidad personal. El libro es en si un compendio elocuente para ayudarnos a entender la autotransformación personal y social; él lo explica así: el individuo tiene amplios recursos para la autocomprensión, para modificar el concepto que tiene de si, sus actitudes y su comportamiento; pero esos recursos sólo actúan en un clima de facilitación sicológica.

El punto central de esta propuesta se basa en el pensamiento y método de Carl Rogers, quien establece que “el ser humano tiene en si mismo la potencialidad de comprenderse y de modificar las propias actitudes y sus comportamientos fundamentales, y que tal potencialidad puede activarse sólo si se logra ofrecerle un clima psicológico que lo facilite y que puede definirse claramente en sus componentes esenciales”.

Son tres los componentes esenciales de esa filosofía rogersiana (llamada así por el apellido del autor) que pueden darse espontáneamente… o que pueden ser desarrollados por todos nosotros con la ayuda del libro. A saber:
1. La autenticidad y la transparencia del terapeuta o consejero hacia el cliente, en la que no debe haber ninguna reserva mental o ambigüedad.
2. La aceptación positiva e incondicionada del otro, y
3. La comprensión empática, es decir, acoger las emociones vividas por el paciente haciéndole sentir que se le comprende.
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El objeto del movimiento de crecimiento de la persona, como Giordiani propone, es la “vida plena”, en la cual el individuo no se considera objeto, sino realidad personal que interactúa con el ambiente utilizando la propia experiencia… a diferencia de la teoría del behaviorismo (conductismo) que estudia a la persona bajo el esquema estímulo-respuesta.

Planteado simplificadamente, el modelo de relaciones de tipo rogersiano, según declara Giordiani, tiene en su base una serie de principios que constituyen el fundamento del llamado ‘humanismo militante’. El término “humanismo” precisa el interés por el crecimiento personal del hombre (y de la mujer) en todas sus dimensiones: física, sensible, racional, afectiva, social, profunda (ético-espiritual y religiosa) .

Quienes se desenvuelven laboralmente fuera del ámbito sicológico, como un servidor, hallarán en este libro una útil referencia que podría ayudarnos a entender mejor los procedimientos básicos para encontrarse uno mismo; en otras palabras, para favorecer positivamente la autotransformación personal y social.

En suma, sería inadmisible afirmar que la teoría de Rogers sea la primera en explorar cómo obra el pensamiento humano (ya lo han realizado Sócrates y Aristóteles en la Grecia antigua e Immanuel Kant en la etapa moderna). Sin embargo, para la nueva realidad en la que transitamos y, quizá para comprender mejor a nuestros semejantes y a nosotros mismos, bien valdría la pena echar una minuciosa y reflexiva mirada a esta teoría humanista-existencial rogersiana basada en el respeto mutuo, la empatía, y la práctica de buenos valores… para tratar de alcanzar la sempiterna autocomprensión y el ansiado bienestar social; y si esto pareciere insuficiente, tener la posibilidad de adquirir un útil método para convertirnos en hábiles consejeros.
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Publicación con el permiso de la Maestra María del Carmen Castillejos Torres.
Materia: Desarollo de Habilidades Cognitivas. Maestría en Educación. Universidad Mexicana, Campus Veracruz.

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