Elba Esther Gordillo es una mujer astuta: se hizo nombrar presidenta del gremio sindical magisterial (burlando la traba estatutaria para reelegirse de por vida como secretaria general de la poderosa organización sindical SNTE); interpretó un papel importante para que Felipe Calderón pudiera ocupar Los Pinos; convirtió a Roberto Campa no sólo en su candidato títere sino, posteriormente, en el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP); colocó a su gente en la dirección de la Lotería Nacional; impuso a sus alfiles en la Secretaría de Educación Pública y en la dirección del ISSSTE (de donde emanó la impugnada ley que privatiza, de facto, las pensiones de los trabajadores al servicio del Estado); y creó el partido Nueva Alianza que es la nueva alianza con Calderón y con las fuerzas políticas y económicas más derechistas del país.
La Alianza por la Calidad Educativa, en la que la profesora Gordillo interpreta un preponderante papel, es también otra trampa del gobierno federal para privatizar la educación pública y colar, por la puerta de servicio, las aportaciones privadas, incluso empresariales, a las escuelas que debieran ser gratuitas y atendidas totalmente por el Estado.
So pretexto de mejorar los niveles profesionales de los docentes, expresó en La Jornada el analista Octavio Rodríguez Araujo, se han practicado exámenes mañosos que han “demostrado” baja preparación. La idea ha sido incitar a la opinión pública a que demande mejor educación y a que escoja, como mejor alternativa, las escuelas privadas. Todo un plan con maña, al que se agrega la iniciativa gordillista de cerrar las escuelas normales o convertirlas en formadoras de técnicos “útiles” para el desarrollo del país porque –dijo– no hay plazas suficientes para absorber a sus egresados.
Los ataques a la escuela pública, por ahora a la primaria y a la secundaria (aunque también ya alcanzan al bachillerato en algunas ciudades), están dirigidos no sólo a privilegiar a las escuelas privadas, sino a combatir poco a poco a las instituciones públicas de educación superior y bajarlas del nivel que ocupan en el ranking mundial de las mejores universidades, expresó el citado periodista.
No son exclusivamente los energéticos los que están en la mira de los privatizadores, es también la educación pública. De aquí la importancia del movimiento de varias secciones del SNTE que están rechazando no sólo a Elba Esther y sus nuevas alianzas, sino el funesto plan gubernamental para abandonar a su suerte a las escuelas públicas.
En Veracruz los exfieles seguidores de la Gordillo, los otrora “domesticados profesores”, como les llama el analista Rodríguez Araujo, han comenzado a rebelarse más allá de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) Aquí en el estado de Veracruz, para el viernes 30 de agosto, la sección 32 del SNTE habrá de congregar en la Plaza de La Concordia de la bella Orizaba a cientos de agremiados en contra de la susodicha profesora. Lo relevante del caso es la sorprendente ruptura de los líderes sindicales del SNTE del estado de Veracruz con la corriente que encabeza la maestra Gordillo, a quien hasta hace muy poco veneraban hasta la ignominia.
Resulta que a la maestra ahora ya no la quieren. Ya no. Pero, ¡¿Cómo puede ser posible si hasta hace unas semanas todo era armonía? ¡Qué raro! Tal sorpresa crea desconfianza y surgen dudas: ¿Por qué se habrán distanciado? ¿Será, acaso, por la proximidad de las elecciones? ¿Quién estará detrás del movimiento? ¿Qué pensarían los actuales líderes veracruzanos cuando el dúo Elba-Yunes implantó la nueva ley del ISSSTE? ¿Por qué entonces no nos habrían convocado a un paro estatal? ¿Será que los rojos sienten pisadas en su propia sombra y quiere desafanarse de lo azules? (¿Qué pescador aprovechará las aguas del río revuelto?). Extraños asuntos del magisterio.
Así las cosas. Mientras tanto los dos bandos afilan sus navajas. Por un lado Elba Esther Gordillo, la gallineta azul chiapaneca -taimada, artera y entrona- quien siempre logra lo que se propone, está impulsando a Yunez Linares a la gubernatura; sólo que el otro bando tiene a otro gallo, un nopaltepeño de cresta roja -que no se quiere quedar atrás- y amenaza a su oponente con reuniones masivas para probar la fuerza de sus navajas afiladas. Cada uno se prepara por su lado para los palenques, derbies y torneos por venir.
Y mientras azules y rojos se aprestan para pelear, muchos maestros veracruzanos corren borregos en medio de equipos políticos, girando -y revirando- como mostrencas patas de correcaminos de madera, hacia donde los rojos, hacia donde los azules o pa’ donde soplen los vientos.
1 comentario:
Flavio:
Coincido plenamente con tus agudas observaciones respecto a la conducción manipulada del SNTE, por parte de la secretaria eterna Elba Esther Gordillo y sus secuaces, y la concomitante lesión que ello representa para la educación nacional.
Felicitaciones
José Antonio Durand
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