I
A veces quisiera cambiarme
por mi mismo,
por el que fui,
y del que ya no queda nada.
II
Mi corazón es ahora
una casa abandonada,
en donde ocasionalmente,
algunas noches,
se pasea el fantasma solitario
de tu nombre.
Ahora
hablar de ti,
pensar tu nombre,
es una liturgia de dolor intenso
de lo que pudo ser,
de lo que ya no es,
de lo que no será
ya nunca más.
III
Hablar de ti
en esa circunstancia,
es desenrollar el ovillo triste
del “si yo”
“si ella”
“si nosotros dos”.
A veces quisiera cambiarme
por mi mismo,
por el que fui,
y del que ya no queda nada.
II
Mi corazón es ahora
una casa abandonada,
en donde ocasionalmente,
algunas noches,
se pasea el fantasma solitario
de tu nombre.
Ahora
hablar de ti,
pensar tu nombre,
es una liturgia de dolor intenso
de lo que pudo ser,
de lo que ya no es,
de lo que no será
ya nunca más.
III
Hablar de ti
en esa circunstancia,
es desenrollar el ovillo triste
del “si yo”
“si ella”
“si nosotros dos”.
-
De "Las cosas rotas" del hermano poeta José Piñeiro Guzmán. San Andrés Tuxtla, Ver.
1 comentario:
Flavio Ramón:
Te felicito lo mismo que a los amigos de la Peña Literaria por este logro del blog.
Te agradezco también tu generoso comentario al pie de los poemas en donde haces referencia de mi persona y deseo que continúen obteniendo éxito día a día.
José Piñeiro G.
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